Ella duda ...de vez en cuando, lo suficiente.
Se pregunta que tienen las caderas que se menean o por que el cabello le crece cual trines de caballo.
De ninguna manera tiene importancia que se vea a si misma y busque en el reflejo resolver el embrollo.
Lo sabe , pero aun así se mira curiosa.
No estaría demás salir quien sabe a vivir : piensa.
Allá, quizá se encuentre algo, esperando descascarar la soledad de lunares que enmarcan su cuello.
Algo inquebrantable se vislumbra en la debilidad de sus ojos.
La ternura se estremece hecha carne y dolor.
Hecha luz se dilata la pupila.
Se tuerce y retuerce.
Se enfoca.
Pequeño es el pensamiento que se compara a lo importante.
Que importante es en si mismo lo que pienso.
Mi cabellera ondulada se descubre ahondando en mareas desconocidas y ya no hay herraduras que soporten el impacto.
Mis pies se hacen tierra y me llevo al mundo enraizado en ellos.
La certeza se vislumbra a su vez en su misma borrosidad.
Yo solía ser una mujer paciente, hasta que conocí a donde me llevaba lo maravilloso y deseable que tiene el dudar.
G.L
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